SEGUNDA SEMANA DEL CUARESMA 2022

 Seguimos en el camino de la renovación de nuestro interior para celebrar la Pascua con un corazón nuevo. Ilumina
dos por las lecturas del Domingo, quisiera presentar la siguiente reflexión. En el encuentro en Abram y Dios. Abram vive dos noches muy distintas, una de ellas la noche con las estrellas de trasfondo, donde el Señor le hace ver que así será su descendencia, podríamos decir que es la noche de esplendor, de gloria, de promesa, de ilusión. Pero también experimenta la  noche oscura de la zozobra, de la de no saber qué va a suceder, de qué es lo que Dios va a realizar, el momento de no saber si se cumplira lo que el Señor le prometido, la noche del miedo; ese miedo que paraliza y causa angustia y desesperación.
Estas dos experiencias de la esplendor y oscuridad (miedo) son dos de las realidades que todos vivimos en nuestra vida, tenemos momentos de mucho gozo, alegría, pero también podremos  vivir los momentos de oscuridad, miedo, zozobra, inestabilidad. Estas dos realidades son los vaivenes de la vida, son  inherentes a nuestra vida, no los podemos esquivar, hacer a un lado; no hay atajos para sobrepasarlos o incluso evitarlos.
Quisiéramos que los momentos de gozo o agradables perdurarán por toda la eternidad, buscamos que permanezcan, incluso los podemos tener a la mano en un video o en una fotografía que nos recuerda lo que hemos vivido y que tenerlos a la mano nos ayudan a salir adelante, porque en algunos momentos el revivirlos y recordarlos nos levantan, nos animan a retomar el camino.
Los momentos de oscuridad, dolor, angustia son los que quisiéramos evitar a como dé lugar e incluso en algunos momentos acelerar el paso para salir rápido, a nadie nos gusta vivirlos y luchamos  hacerlos a un lado.
Pero  hemos visto en las lecturas de este domingo que la oscuridad (sufrimiento) tendrá su sentido cuando la luz (gloria) se encuentra como principio y final.
Nuestro Señor Jesús a tomado el camino del sufrimiento, la pasión, la muerte para alcanzar la gloria, no los ha evitado, al contrario  ha enfrentado el sufrimiento y la muerte con la frente en alto, ciertamente con dolor, con angustia, pero consciente de que este camino traerá la salvación a los hombres, los Gloria  y el Esplendor se hará realidad en Él.
Cuando estemos en la oscuridad de nuestras experiencias personales sería muy conveniente levantar la mirada, ver a ese Cristo que está en la Cruz y pedirle ayúdame a enfrentar este momento a no quedarme con esto, que se que no es para siempre, que pueda experimentar tu fuerza, tu apoyo, tu gloria, tu luz. No permitas que me hunda, ayudame y confórtame, enjuga mis lágrimas.  Haz que pueda experimentar tu consuelo, impulsame para pasar por esta oscuridad y salir adelante. Con fe lo imposible se puede alcanzar.





Que el Señor sea su Fuerza y su Paz
Pbro. Carlos ]Felipe Lozano Lara

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