EL ESPÍRITU RENUEVA LA FAZ DE LA TIERRA

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El Espíritu Santo Renueva la faz de la tierra, lo comentaba en el mensaje anterior, Pentecostés nos abre los horizontes para vivir un renovado Pentecostés en nuestras vidas, el documento de Aparecida nos invita a esto: Después de enfocar temas de actualidad y de dar pautas y consejos para todos, el documento vuelve a insistir en la misma súplica: “No podemos desaprovechar esta hora de gracia. ¡Necesitamos un Nuevo Pentecostés!” (# 548). Nos invita a ponernos de pie y emprender el camino; en un mensaje también anterior comentábamos de la invitación a la Misión Permanente, no podemos callar, el anuncio del amor de Dios por la humanidad, lo que Dios no ha escatimado por amarnos y salvarnos. Todo tendrá que ser renovado por esta acción de un nuevo Pentecostés, hace una semana celebrábamos la Asención de nuestro Señor Jesucristo, ahora esta sentado a la derecha del Padre, no sólo como Hijo de Dios, como ser divino, sino que ahora esta también como verdadero hombre, su humanidad esta junto al Padre, como lo decía la oración de ese día estamos alegres por su triunfo, pero también estamos en el camino hacia donde Él llegó, porque Él es nuestra cabeza y nosotros que somos su cuerpo debemos estar junto a Él. Su presencia ya no es física, como la que tuvo con sus discípulos, sino ahora estará presente, igual de real, por medio de su Espíritu Santo, que les dará a conocer todo cuanto yo les he anunciado: “Tengo muchas cosas más que decirles, pero ustedes no pueden entenderlas ahora. Pero cuando venga El, el Espíritu de la Verdad, el los llevará a la verdad plena... El les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho” (Jn. 16, 12 y 14, 26). Comienza una nueva etapa, ahora con su inspiración, comenzara el trabajo de propagar este anunció. Hay mucho que renovar, no con nuestros criterios, sino con sus planes y deseos. Habrá que discernir los signos que encontramos en nuestro, tiempo tanto los bueno, como los retos que encontramos, en nuestro caminar como cristianos, en lo personal, familiar, eclesial (Diócesis, Parroquia), social, cultural e incluso políticamente y económicamente; hay mucho que hacer.

Pero todo comienza en un lugar primordial de gestación de valores tanto cristianos como humanos, la familia. Célula social y eclesial. Donde se debe vivir un rico humanismo y un seguimiento y crecimiento cristiano.

Platicando con unos familiares, me encontré un libro que se llama: FAMILIAS CONTRA CORRIENTE, me llama la atención porque varias veces, he escuchado a algunos papás, que en algunas ocasiones se ven como muy exigentes, el subtitulo del libro dice; ¿Por qué hay que exigir a los hijos? ¿Cómo exigirles? ¿Dónde está la felicidad? Huir de la mediocridad. Cuando he escuchado a los papás decir eso yo les comentaba, que ser papá hoy en la actualidad es como ir contra corriente, pues se exaltan antivalores, la escala de valores se ha cambiado, hay otros, no porque así sea lo correcto, sino que nosotros mismos le hemos dado la vuelta. Dice el libro: Combatir las influencias externas. La única manera de buscar el bien asiduamente, es no dejarse llevar por la vida. Reflexionar, discutir, estudiar. La acción rutinaria o sistemática de todos los días puede hacer de los padres unos educadores mediocres. Y para esto se requiere una virtud importante, la fortaleza, valentía. Se necesitan papás valientes, que retomen sus sueños cuando comenzaron su vida matrimonial, familiar. Se necesita renovar nuestras familias, necesitamos reflexionar, discutir, estudiar y buscar soluciones para una nueva forma de ver la familia. Continuara…

Que el Señor sea su Fuerza y su Paz

Pbro. Carlos Felipe Lozano Lara