VIVIENDO LA PASCUA


Ahora que vivimos la pascua y que estamos viendo los pasajes que nos hablan de la presencia de Jesús con los discípulos, se me viene a la mente un tema que es muy frecuente: la felicidad.  He escuchado de que todos tenemos derecho a ser felices, que tenemos en la mente el encontrar la felicidad plena, otras veces he escuchado, más bien comentarios más pesimistas, pero la pregunta surge por sí sola: ¿Qué es la FELICIDAD? ¿Cómo conseguirla? y  hay una infinidad de opiniones y definiciones, por ejemplo el diccionario dice: “La felicidad es un estado de ánimo caracterizado por dotar a la personalidad de quien la posee, un enfoque del medio positivo.  Se entiende en este contexto como positivo, la capacidad de abordar una tarea, llevándola al término propuesto. El resultado final, complace a la persona que acomete dicha tarea. Como resultado de una actividad neural constante en un entorno con variables ya experimentadas y conocidas, los distintos aspectos de la actividad mental fluyen de forma armónica, siendo los factores internos y externos interactuantes con el sistema límbico (estructuras en el cerebro que participan en la memoria y las emociones). En dicho proceso se pueden experimentar emociones derivadas, que no tienen porqué ser placenteras, siendo consecuencia de un aprendizaje ante un medio variable”.  Como vemos es una definición  bastante complicada, pero lo que sí sabemos es que todos tenemos esos momentos de satisfacción, no de placer. Ahora bien San Agustín en todo su camino tuvo esa inquietud sobre la felicidad, y podemos decir que él veía la felicidad desde el punto de vista filosófico y podríamos afirmar: "Felicidad, es gozo, pero no cualquier gozo:  con la palabra felicidad, lo que se indica es un gozo perfecto y estable. Cuando decimos que buscamos la felicidad, queremos decir que buscamos no un gozo parcial o pasajero, sino un gozo pleno y seguro. En este sentido, no admite medios términos: la felicidad o se tiene, o no se tiene, pues "tenerla a mitad" es contradictorio".  Además dice: "El hombre feliz no padece necesidad, pues todo el que no es desgraciado es feliz. Luego será feliz el que no tiene necesidades, por consiguiente la felicidad se da absolutamente en lo eterno, en la quietud, donde no se presenta movimiento ni tensión alguna ...". 
La vida temporal es movimiento, es un discurrir permanente que muestra el dolor de no poseer el bien deseado, sin embargo, al existir algo superior, la vida cobra sentido para lograr el verdadero sentido que es el reposo...”.  La prudencia es directamente aludida por Agustín para dar el correcto equilibrio. En cambio por la lujuria, la ambición, la soberbia y otras pasiones del mismo género, con que los hombres intemperantes y desventurados buscan para sí los deleites y poderío sólo quedan atrapados, sin poder salir de la sumisión de lo inferior. Cuando el alma ha llegado a la sabiduría, la hace objeto de su contemplación, cuando se mantiene unida a ella y queda insensible a la seducción de las cosas vanas, entonces el hombre dichoso tiene su adecuada moderación o sabiduría.  A diferencia de otros filósofos, Agustín piensa que la felicidad está en la plenitud del amor, amor que se manifiesta en el mismo conocimiento de la Verdad. Si nuestra vida es amor y anhelo, su plenitud y acabamiento será un estado de reposo y un goce de la felicidad. La meta de la felicidad es la plenitud del amor en la adecuación de la voluntad con su fin, y el Bien supremo amado es la misma verdad.  La sabiduría es el camino recto que guía a la verdad.  Será sabio el que busca bien la verdad, aún sin lograrlaNingún sabio es desdichado, y por otra parte, todo hombre o es feliz o es desgraciado, luego el hombre feliz lo será no sólo por la invención de la verdad, sino también por su búsqueda.  Desgraciadamente la mayor parte de nosotros hemos puesto los fundamentos de nuestra felicidad en algo que es perecedero, una y otra vez hemos escuchado en  las Sagradas Escrituras, no pongan su corazón en las cosas de la tierra sino en las del cielo, me parece que aquí tenemos un largo camino por recorrer, un camino en el que debemos retomar, ya que en él se encuentra volver a tener una nueva  jerarquía de valores. 
La Pascua para nosotros es un momento muy privilegiado para que podamos retomar ese camino, para que volvamos a ser hombres nuevos, en la Pascua los invitaba a que hiciéramos el esfuerzo por dar un giro de 180 grados en nuestra vida, que le diéramos la verdadera dimensión, a cada una de las personas y situaciones que vivimos.
En días pasados hemos estado escuchando cómo los apóstoles los invadía una tristeza por no tener al Maestro,  su vida cambia cuando ellos tienen la experiencia de la resurrección del Maestro, lo vuelven a tener todo: fe, esperanza, amor, valentía, decisión, empuje, solidez, comunión, unidad y otros tantos valores; que con la muerte de su Maestro y Señor creyeron que se habían perdido. Retoman el camino, emprenden uno nuevo, el de llevar ese mensaje del que ellos son testigo: ¡ JESÚS HA RESUCITADO! No está en el sepulcro.  Nos dice su Santidad Benedicto XVI: "La resurrección del Señor es nuestra esperanza", pero más adelante nos dice: "... la resurrección no es una teoría, sino una realidad histórica revelada por el Hombre Jesucristo mediante su "pascua", su "paso", que ha abierto una "nueva vía" entre la tierra y el Cielo (cf. Hb 10,20). No es un mito ni un sueño, no es una visión ni una utopía, no es una fábula, sino un acontecimiento único e irrepetible: Jesús de Nazaret, hijo de María, que en el crepúsculo del Viernes fue bajado de la cruz y sepultado, ha salido vencedor de la tumba. En efecto, al amanecer del primer día después del sábado, Pedro y Juan hallaron la tumba vacía. Magdalena y las otras mujeres encontraron a Jesús resucitado; lo reconocieron también los dos discípulos de Emaús en la fracción del pan; el Resucitado se apareció a los Apóstoles aquella tarde en el Cenáculo y luego a otros muchos discípulos en Galilea... El anuncio de la resurrección del Señor ilumina las zonas oscuras del mundo en que vivimos. Me refiero particularmente al materialismo y al nihilismo (negación de toda creencia), a esa visión del mundo que no logra transcender lo que es constatable experimentalmente, y se abate desconsolada en un sentimiento de la nada, que sería la meta definitiva de la existencia humana.  En efecto, si Cristo no hubiera resucitado, el "vacío" acabaría ganando. Si quitamos a Cristo y su resurrección, no hay salida para el hombre, y toda su esperanza sería ilusoria. Pero, precisamente hoy, irrumpe con fuerza el anuncio de la resurrección del Señor, que responde a la pregunta recurrente de los escépticos, referida también por el libro del Eclesiastés: "¿Acaso hay algo de lo que se pueda decir: "Mira, esto es nuevo?"" (Qo 1,10). Sí, contestamos: todo se ha renovado en la mañana de Pascua. "Mors et vita / duello conflixere mirando: dux vitae mortuus / regnat vivus" - Lucharon vida y muerte / en singular batalla / y, muerto el que es Vida, / triunfante se levanta. Ésta es la novedad. Una novedad que cambia la existencia de quien la acoge, como sucedió a los santos. Así, por ejemplo, le ocurrió a san Pablo... Sí es verdad que la muerte ya no tiene poder sobre el hombre y el mundo, sin embargo quedan todavía muchos, demasiados signos de su antiguo dominio. Sí, por la Pascua, Cristo ha extirpado la raíz del mal, necesita no obstante hombres y mujeres que lo ayuden siempre y en todo lugar a afianzar su victoria con sus mismas armas: las armas de la justicia y de la verdad, de la misericordia, del perdón y del amor." Cuando logremos esto llegaremos a ser plenamente felices. Hoy amanece y el sol tiene un nuevo esplendor, escucho al viento soplar, veo la luna brillar, al mismo cielo lo miro con otro color, nada es nuevo, solo que te conocí; decía San Agustín "Nuestro corazón no descansará hasta que descanse en Ti".

FELIZ PASCUA ¡JESÚS RESUCITO!

Que el Señor sea su fuerza y su paz.

Pbro. Carlos Felipe Lozano.
                                                                                                    
            

Comentarios

Entradas populares de este blog

UNA CREACIÓN DEL SEÑOR

DECÁLOGO DE UN BUEN SACERDOTE.