VER ELMUNDO CON LOS OJOS DE DIOS
En un mundo como en el que estamos hoy, hay tantos temas que confunden en todos los sentidos a las personas que tratan de vivir en los caminos de Dios, y como pastor no puedo estar ajeno a lo que acontece en el pueblo de Dios, me preocupa que haya una creciente, cada vez más fuerte, a vivir una vida sin principios, sin moral, esto trae como consecuencia que seamos permisivos en muchos aspectos que intrínsecamente son dañinos a las persona, desde el punto de vista espiritual, social y humano, me preocupa que vaya en crecida una fuerte corriente a vivir una libertad mal entendida, de hacer lo que yo quiera y darle remedio como sea, no importando las consecuencias que pueden tener mis actos y que tanto se pueda afectar la armonía personal y social, temas como el no querer contraer matrimonio por la Iglesia, no tener un crecimiento espiritual, no tomar el papel tan importante de formación de los propios hijos, el ir cada día cada cayendo en una cultura de lo fácil, el sin esfuerzo por conseguir un objetivo, el no tener un objetivo claro en la vida personal, todo esto lo veo reflejado en: Papás ausentes en la formación de sus hijos, que se refleja en un creciente número de jovencitos con problemas de atracción al mismo sexo (homosexualidad, lesbianismo). Jóvenes y jovencitas que cada día despiertan como desbocados a una vida sexual activa, una formación deficiente en los aspectos de convivencia y de respeto a los demás especialmente respeto a la vida del otro, el que fácilmente puedan unirse a una persona sin un compromiso serio de responsabilidad conyugal, ni para la iglesia ni para la sociedad, teniendo problemas como el maltrato a la mujer, a los hijos. También lo veo reflejado en querer conseguir a toda costa dinero sin importar como, vendiendo su cuerpo o haciendo negocios no tan claros, o incluso acabando con la vida de los demás como vendiendo droga o dedicándose directamente a matar (sicarios). Además me duele que la escala de valores se vaya deformando, ahora los antivalores son los que están puestos como valores, como la ley del más fuerte (Poder), tú vales por lo que tienes, importa poco quien eres, el hombre deja de ser hombre y vive por instintos que no puede o no quiere controlar. También los que somos Iglesia estamos inmersos en el mundo y muchas veces no estamos exentos de caer y también romper la armonía, dentro de la Iglesia y de la sociedad, Como por ejemplo Sacerdotes que fácilmente dejan el sacerdocio o sacerdotes que sin escrúpulos olvidan su consagración y caen en problemas como la pederastia, maltrato a los feligreses, manejo de conciencia para que actúen de tal o cual forma, no tomar en serio que somos sacerdotes fuera y dentro de un templo, con o sin sotana, me duele mucho. Con todo esto me siento abrumado, como cuando llegas a tu trabajo o en mi caso a la oficina y tengo tantas cosas que solucionar, firmar, celebrar, atender, que muchas veces no sabe uno como empezar. Hace unos día en la ciudad en la que estoy actualmente se acercaron unos periodistas de la radio y de la televisión local, y me hicieron la pregunta otra vez que decir ante los acontecimientos de violencia que otra vez se volvieron a recrudecer en nuestra entidad y les dije que más puedo decirles, como hacerles entender, no tengo más palabras que las que ya he dicho, incluso escribí un mensaje en una página de su servidor que se llama: mensajesparroquialesblogspot.com hablaba en ese mensaje sobre el mandamiento de no matar y hacia ver que no es un mandamiento solamente religioso sino también un principio de conservación, de convivencia. Me desespero en la parroquia en la que estoy actualmente, porque no hay líderes que quieran trabajar por una ciudad mejor y por consecuencia un mundo mejor; no se muchas veces por dónde empezar o como tratar dichos temas por el temor de tocar ciertos intereses, me siento muchas veces desesperado angustiado, asustado. En cuanto a la vivencia de mi sacerdocio, me hace pensar, que debo de ser lo más trasparente, hacer todo lo posible por vivirlo con intensidad, convencido de que ese llamado ha sido para confiarme un rebaño que no es mío y que en algún día tendré que dar cuenta de su estado y crecimiento, me esfuerzo día con día que a la hora de celebrar la eucaristía y a la hora de rezar la liturgia pedir, no sólo por la paz, que de por si es tan necesaria, sino también por tantas otras necesidades del pueblo que se me ha encomendado, por mis compañeros sacerdotes, por lo recién ordenados, por los que están en problemas, por los que están en peligro. Todas estas situaciones que han tambaleado a la Iglesia me llevan a revisar día tras día como fue mi trabajo y mi vivencia del Sacerdocio, es una llamada de atención que nunca debo pasar por alto.
Que el Señor sea su Fuerza y su Paz-
Pbro. Carlos Felipe Lozano Lara
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