CUARTA SEMANA DE CUARESMA: EL PADRE DE MISERICORIDIA.

 Inspirados por la palabra de Dios de este domingo IV de Cuaresma, plasmado en la parábola del Hijo prodigo, la construcción del puente del que decíamos la semana pasada. La Cuaresma tiene la intención de que nosotros también emprendamos el camino, como lo hizo el hijo Prodigo, pero para poder emprender el camino tomemos en cuenta algunos aspectos:

1.- Algunas ocasiones necesitamos tocar fondo y reconocer que me he equivocado, este sería el primer paso, mientras no reconozca que me he equivocado será muy difícil que pueda emprender el camino. Vemos que el hijo prodigo empieza a reflexionar, esta en el fondo de su necesidad, ve que las cosas no estan nada bien, el mismo se lo a conseguido, comienza distinguiendo que los trabajadores de su padre viven mejor que él,  él esta en la miseria, cuida cerdos y quiere comer su comida.

2.- ¿Cómo emprender el camino? sería la pregunta que surge, ¿Qué decir? ¿Seré recibido? son preguntas que se puede hacer, pero debe correr el riesgo y confiar en su Padre que puede recibirlo. Tendrá que confiar y arriesgarse, saber con quien esta tratando.

3.- Ponerse de pie y volver, ese es el momento más difícil y emocionante, porque pueden venir tantas emociones y sentimientos de todo tipo, pueden ser de alegría como también de pesimismo, pero lo importante es ponerse de pie y volver.

El desenlace ya lo conocemos, lo importante para el Padre es que este hijo a vuelto a la vida, estaba perdido y se le ha encontrado. El Padre se goza por su hijo que ha regresado.

Lo mismo pasa con nosotros en esta Cuaresma, nosotros que retornamos al Padre confiamos que seremos perdonados, ciertamente tendremos que ser humildes, sinceros y abiertos para reconocer que hemos fallado, no puedo exigir nada, sólo arriesgarme al confiar de que puedo ser perdonado. El puente esta construido habrá que pasarlo, recorrerlo hasta llegar al Padre.

Que el Señor sea su Fuerza y su Paz

Pbro. Carlos Felipe Lozano Lara

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