PASCUA 2014


La Pascua está por comenzar, para algunos quizás es volver a realizar las mismas celebraciones que no me dicen mucho, para otros es un momento de descanso, es un momento para relajarse, pero ¿cuál es el verdadero sentido de celebrar la Pascua? ¿Por qué es tan importante para nosotros?

Creo que nos puede ayudar el sentido que tiene la Pascua primero para el pueblo de Israel, para luego entender porque para nosotros es importante.

Para Isaías y para Jeremías, el Éxodo es el esquema, la figura, de todos los éxodos, de todas las “pascuas”, de todos los procesos de liberación de la historia de la salvación (ver Is.11, 15¬; 10,26­; 4,5¬; 43,16-20­; 48,21-22­; 49,10¬; 52,12¬; Jer.23, 7¬; 31,31-33). Los profetas anuncian un nuevo éxodo que será superior al antiguo y que será, además, un éxodo con carácter de interioridad (ver Ez.20, 34-44­; Miq.6, 4-5). Dios lleva a Israel al desierto para hablarle al corazón, como un novio a su novia para hablarle en la intimidad (Os.2, 14.15¬; 7,13¬; 12,9¬; 13,4).



El éxodo primero, por ser, para el pueblo en su relación con Yahvé, una etapa de “noviazgo juvenil”, por ser una etapa de pueblo-recién-constituido, y de pueblo recién llamado-por-Dios mismo a lograr su plenitud, por ser una etapa de alianza-recién-pactada, aparecerá, más tarde, como la etapa de comunidad ideal, hacia la cual hay que esforzarse continuamente por volver.



Otro de los sentidos más profundos que contiene el relato del Éxodo es el de poner ante los ojos de todo el pueblo de Israel que Dios siempre cumple su palabra. El hará todo lo que haga falta para ello, pero su palabra no quedará sin cumplirse.



El pueblo de Israel aprendió a ver la intervención de Dios en todo proceso de liberación que afectara al pueblo entero. Dios, decía el pueblo después de su experiencia en el éxodo, se “arremangará” y hará todo lo que haga falta con todo su poder, para que su pueblo sea un pueblo que pueda servirlo en libertad. Por eso, el pacto de la Alianza empezará diciendo­: “Yo soy el Dios que te libero de la esclavitud, por eso no...” Desde el punto de vista de los egipcios, Moisés y los judíos no eran sino unos subversores, unos rebeldes contra “el orden establecido”. Desde el punto de vista de Dios, el éxodo es una ruptura con el “desorden” establecido y que siempre es visto como “orden” por los opresores. El éxodo viene, entonces, a significar que todo hombre debe salir de “Egipto” cada día.



Aclaremos, finalmente, que cuando el pueblo de Israel ve a Dios interviniendo en su historia de una forma tan palpable y concreta no es porque el pueblo de Israel no fuera realista (ver el realismo de Jueces 19, o los relatos acerca del rey David, Betsabé y Urias), sino porque, para el pueblo de Israel, Dios es tan real o más que cada suceso de la vida diaria y su historia no puede ser comprendida, asumida o explicada, sino a la luz de la fe. Esos relatos no intentan describir cómo era la vida o cada suceso hace tres mil años, sino cómo era para ellos. (El Éxodo de Alejandro von Rechnitz 1era parte PRECEDENTES, MOISES, LA PASCUA, PASO POR EL MAR.)

Esta experiencia del Éxodo para el pueblo de Israel fue fundamental, para constituirse como pueblo y además para reconocer que fue un milagro, una intervención de Dios.

Pero ¿Qué es un milagro? 

Para un judío bíblico “milagro” era lo asombroso. Una cosa, lo que había sucedido, fuera lo que fuera, había sido percibido, experimentado en el momento mismo, como acción de Dios. Un suceso cualquiera había sido percibido por alguien como una manifestación de Dios. No hacía falta que ese suceso fuera extraordinario, simplemente había sido percibido por alguien como una manifestación de Dios­; lo que en Teología se conoce como una “teofanía”. Pero, para un judío bíblico, todos los sucesos de la vida diaria son una manifestación de la actividad de Dios. Si llueve es porque Dios hace llover­; si amanece es porque Dios hace salir al sol, para poner solamente dos ejemplos. Un judío bíblico era incapaz de concebir o entender su historia, por ejemplo, que a la luz de la fe­; todo lo que sucede, pensaba, sucede porque Dios dirige cada paso de la historia. Para un judío bíblico, Dios y la vida eran lo mismo, y toda manifestación de vida era una manifestación de Dios. Para él, Dios es el Señor de la naturaleza (lo visible y lo invisible, decían ellos) y se manifestaba en ella continuamente, cada día, a todas horas.

Eso es lo que celebra el pueblo de Israel, por eso Jesús celebra la cena de la Pascua porque entiende todo esto, pero hay algo nuevo en esto Jesús la celebra por última vez, porque desde ese momento en adelante Él le dará otro sentido, ya no es un cordero el que se va a inmolar, es Él mismo y esto trae como consecuencia una Alianza Eterna, la renovación de nuestra vida se puede realizar día con día, podemos ser siempre nuevos porque Él nos hace nuevos con su Pasión y Resurrección, dejemos que el milagro de la Pascua surta efecto en nosotros y experimentemos el gran milagro de la vida nueva. Todo lo oscuro, lo malo, el pecado queda atrás. La Pascua viene, entonces, a significar que todo hombre debe salir de la oscuridad, del mal, de la esclavitud del pecado, cada día.



¡¡¡¡¡¡Feliz Pascua!!!!!!!!!!!!!!

Que el Señor sea su Fuerza y su Paz

Pbro. Carlos Felipe Lozano Lara

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