MENSAJE DE ESPERANZA
Hoy quisiera compartir con
ustedes estos mensajes de esperanza, hay situaciones limites que todos vivimos
en diferentes momentos y circunstancias, lo estuvimos meditando en esta semana,
en la primera lectura del libro de Job; todos tenemos momentos difíciles,
momentos en lo que parece que no hay solución, en los que aparentemente nos
están ahogando. Quiero compartirles en este momento algunos fragmentos de un
libro llamado UNA VIDA SIN LIMITES de
Nick Vujicic conferencista motivacional,
el nace sin brazos y piernas pero logró vencer su discapacidad con una vida
independiente llena de satisfacciones.
SIN BRAZOS, SIN PIERNAS, SIN LÍMITES.
Durante mis viajes, en muchas
ocasiones he sido testigo del poder del espíritu humano. Tengo la certeza de
que los milagros si ocurren, pero sólo aquellos que se aferran a la fe.
¿Qué es la esperanza? Es el lugar
donde nacen lo sueños, es la voz de tu propósito, te habla y te asegura que
nade de lo que te sucede vive dentro de ti en realidad, que no puedes controlar
lo pasa, sólo puedes controlar la mera en que respondes a ello.
El reverendo Martín Luther King,
Jr. Solía decir: “Todo lo que se hace en
el mundo, se hace por la esperanza”. Yo tengo la certeza de que, mientras
respires, siempre habrá esperanza para ti. Nosotros tú y yo, somos solamente
humanos, no podemos ver el futuro. En lugar se eso podemos imaginar las
posibilidades. Sólo Dios sabe lo que nos depara la vida, y la esperanza es el
regalo que nos ha brindado. Es una ventana por la que podemos mirar. No es
posible conocer el futuro que Dios nos ha designado, pero debes de confiar en
Él, mantener la esperanza en tu corazón, incluso cuando te enfrentes a lo peor,
debes de hacer lo necesario y ¡prepárate siempre para lo mejor!
Claro que, a veces, no hay
respuesta para nuestras oraciones. Las tragedias ocurren a pesar de las
oraciones y de nuestra fe. Incluso a la mejor, la que tiene los corazones más
puros, a veces sufre pérdidas terribles y mucho dolor. Los recientes terremotos
mortales que tuvieron lugar en Haití, Chile, México y China son muestras de que
el sufrimiento y las tragedias ocurren todos los días. Miles de personas
murieron en esas catástrofes; sus esperanzas y sueños perecieron con ellas.
Muchas madres perdieron a sus niños y muchos niños, a sus madres.
¿Cómo es posible mantener la fe
en medio de tal sufrimiento? Una de las cosas que me permiten mantener mi
fortaleza cuando escucho sobre estas tremendas calamidades, es el hecho de que,
invariablemente, producen una cantidad increíble de cariño de parte de otros
seres humanos. Justo cuando te preguntabas por qué la gente mantiene la fe en
medio de tal sufrimiento, cientos de generosos voluntarios llegaron a estas
regiones. Estudiantes, médicos, ingenieros y otros rescatistas y constructores,
brindan algo de sí y de sus talentos para ayudar a los sobrevivientes.
La esperanza aparece aun en los
peores momentos para probarnos la presencia de Dios. Mi propio sufrimiento
parece ligero cuando de compara con las pruebas que ha enfrentado mucha gente
que he conocido, sin embargo, también he sufrido la perdida de alguien muy
querido. Nuestra familia perdió a mi primo Roy debido al cáncer. Roy tenía
veintisiete años y falleció a pesar de las fervientes oraciones de todos los
cristianos devotos que hay en nuestra familia, iglesia y comunidad. Es muy
triste perder a alguien tan cercano, es muy difícil de entender, y es por ello
que para mí resulta importante tener fe. Verás, mi esperanza se encuentra en el
cielo. Mi familia ha recibido un enorme consuelo porque tiene la esperanza de
que mi primo, quien creía en Jesucristo, ahora se encuentre en el cielo con Él
y ya no sufra más.
Incluso en las peores
situaciones, las que parecen estar más allá de nuestra capacidad, Dios sabe
cuánto pueden soportar nuestros corazones. Yo siempre me aferro a la creencia
de que nuestra vida en este mundo es temporal y que sólo nos estamos preparando
para la eternidad. Sin importar su nuestras vidas son buenas o malas, siempre
nos espera las promesas del cielo. En los momentos más difíciles, siempre
mantengo la esperanza de que Dios me dará la fuerza necesaria para sobrellevar
los desafíos y los dolores de cabeza, y que me esperan días mejores: si no en
esta tierra, entonces ten por seguro que será en el cielo.
Una de las mejores maneras que he
encontrado para mantener mi fe cuando nuestras oraciones no reciben respuesta
es acercarme a otros. Si tu sufrimiento se convierte en carga, trata de
acercarte a alguien y de aligerar su carga, trata de darle esperanza. Anímalo y
bríndale consuelo, hazle saber que no esta solo. Ofrece compasión cuando tú la
necesites, ofrece amistad cuando te sientas solo. Regala esperanza cuando a ti
más falta te haga.
Yo soy joven y no creo tener
todas las respuestas, pero he descubierto y probado, una y otra vez, que en
esos momentos en que prevalece la desesperanza, cuando no hay respuesta para
nuestras oraciones y cuando se materializan nuestras peores pesadillas, la
única salvación yace en la relación que tenemos con la gente que nos rodea. En
mi caso y en el de mis compañeros cristianos, la salvación yace en la relación
que tenemos con Dios y en la confianza que depositamos en su amor y sabiduría.
Que el Señor sea su Fuerza y su
Paz
Pbro. Carlos Felipe Lozano Lara.
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