LA INTEGRIDAD


En la semana pasada hablaba de una virtud también importante y ya casi al final mencione otra virtud, la integridad. Como en los demás temas he tratado de dar una definición, ya sea sacada del diccionario o desde el punto de vista de una disciplina como la psicología o la filosofía, la finalidad es que tengamos un criterio complementario sobre estos temas. Vayamos pues la definición de lo que es integridad: El concepto de integridad, que proviene del término latino integrĭtas, refiere a la cualidad de íntegro y a la pureza de las vírgenes. Aquello íntegro es algo que no carece de ninguna de sus partes o, dicho de una persona, hace referencia a alguien recto, probo e intachable. Puede hablarse, por ejemplo, de la integridad moral. Esta es una cualidad de la persona que la faculta para tomar decisiones sobre su comportamiento por sí misma. La integridad moral es también un concepto jurídico y todas las constituciones democráticas modernas lo consagran como un derecho fundamental. Por otra parte, la integridad personal permite nombrar a la total o amplia gama de aptitudes poseídas por una persona. Una persona íntegra es aquella que no se queda en una única actividad, sino que recorre distintas áreas del conocimiento. (Definición.de)
INTEGRIDAD: Vida en concordancia con nuestro estado de conciencia más elevado. La integridad personal requiere valor. En una sociedad donde se pierden los valores y crece la desconfianza, la integridad es un desafío impresionante en los negocios, la familia, el estado y la Sociedad en general. La palabra “integridad” implica rectitud, bondad, honradez, intachabilidad; alguien en quien se puede confiar; sin mezcla extraña; lo que dice significa eso: lo que dijo; cuando hace una promesa tiene la intención de cumplirla…La recompensa de enriquecer continuamente nuestra integridad personal es que nos volvemos más conscientes de nuestra naturaleza armónica, de nuestra “chispa” divina. Al vivir con integridad personal los demás se dan cuenta que pueden confiar en nosotros -nos convertimos en un amigo digno de confianza- un valor para nuestra familia del mundo. Cuando integramos personalmente nuestra conciencia más elevada en nuestra vida diaria, en nuestras acciones cotidianas, tenemos mayor capacidad para disfrutar la felicidad y la armonía. El siguiente poema de Rudyard Kipling es una enseñanza completa de lo que es la integridad.
SI
Si puedes tener calma cuando en tu derredor
todo el mundo la pierde y a ti te culpa de ello;
si cuando de ti dudan puedes tener fe en ti,
pero también excusas la desconfianza de otros;
Si puedes esperar sin cansarte en la espera,
o siendo calumniado, no esgrimes la calumnia,
o siendo aborrecido, el odio en ti no acoges,
y con todo no pecas de bueno o sentencioso;
Si puedes ensoñar sin rendirte a los sueños,
o pensar sin hacer del pensamiento meta;
si puedes arrastrar el triunfo y el desastre
tratando de igual modo a entrambos impostores;
Si puedes soportar que la verdad que has dicho
se trunque en bocas viles en trampa para bobos,
o ver hecha pedazos la ilusión de tu vida,
e inclinarte a rehacerla con recursos maltrechos;
Si en un montón juntando tus cuantiosas ganancias,
jugarlas todas puedes a un simple cara o cruz,
y perderlas, y luego volver a comenzar,
y jamás una frase decir de lo que pierdes;
Si puedes obligar al corazón y al nervio
y al músculo a servirte, aun después de extenuados,
y perseveras aunque ya nada quede de ti,
salvo la voluntad que le dices “¡Adelante!”;
Si puedes con la plebe tratar sin menoscabo,
o alternar con monarcas sin romper con el vulgo;
si no pueden herirte ni amigos ni enemigos;
si a todos consideras, mas nunca en demasía;
Si el minuto implacable puedes avalorar
con sesenta segundos de avance en tu jornada,
tuyo es el mundo y todo lo que en el mundo existe, y , más aún, serás todo un hombre, ¡hijo mío!”
(Articulo tomado de http://www.proyectopv.org)
Qué bueno sería los padres de familia no olvidaran transmitir esta virtud a sus hijos, no con regaños sino con su propia vivencia,  además  que los adolescentes y jóvenes descubran lo importante de esta virtud tan necesaria, en nuestra vida personal, como también en nuestra vida estudiantil, laboral, familiar, social, económica, religiosa y política.
Que le Señor sea su fuerza y su paz
Pbro. Carlos Felipe Lozano Lara.

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