LA TRADICIÓN


Lo  peor que le puede pasar a una comunidad es estancarse en tradiciones humanas que no tienen sentido o que no tienen un fundamento, algunas ocasiones he escuchado: “es que siempre se ha hecho así ya todos saben que es lo que se tiene que hacer”. Y me surgía una pregunta ¿Esta bien decirlo así? ¿Qué tiene de malo? En principio puedo decir que no tiene nada de malo, las culturas, países e incluso ciudades y barrios tiene diferentes formas de comportarse por tradición, por ejemplo las posadas, el día de muertos y otras tradiciones que encontramos en nuestro país que nos caracterizan como tal. Lo malo sería que nos aferráramos a cosas que no tienen sentido, como las cadenas de tal o cual santo por cierto beneficio, rezar alguna oración o incluso aferrarnos a una forma de trabajar o de realizar alguna actividad en especifico. La iglesia misma tuvo que abrirse para poder hacer algunos cambios, el concilio Vaticano II en 1965 comienza a hacerse algunas preguntas, si su forma de estar en el mundo tiene algo que decir a los demás y comienza a revisar su forma de celebrar la liturgia, especialmente a lo que se refiere a los sacramentos, el lenguaje que utiliza, los signos, las posturas. Esto trajo una renovación en todos los sentidos, el lugar que ocupa la Iglesia en el mundo, su papel en él, el papel de la jerarquía eclesiástica, el lugar que ocupan  los laicos en la Iglesia, cual es su misión. Y otros tantos temas de importancia. Si esto no se hubiera hecho, quizás el mensaje del evangelio se truncaría, quizás a muchos no les diría nada. Pero la Iglesia conserva lo que es importante y que no va cambiar el depósito de la fe.
Veamos pues lo importante que es la Tradición en la Iglesia y a que es a lo que se refiere con ello: Literalmente, la tradición es la enseñanza que se comunica de una generación a otra. Tradición, con "T" mayúscula se refiere a la Palabra revelada por Dios que se transmite en la Iglesia. Como tal, "Tradición" tiene dos significados estrechamente relacionados entre sí. "Tradición" es toda la revelación, desde el comienzo de la historia hasta el final de la era Apostólica, transmitida por los fieles de generación en generación y preservada por la guía divina del Espíritu en la Iglesia instituida por Cristo.  La Sagrada Tradición, más técnicamente, se refiere, dentro de la revelación, a aquella parte que no está contenida en las Sagradas Escrituras porque no se escribió hasta más tarde. El depósito de la fe, de la revelación, está compuesto por las Sagradas Escrituras (Biblia) y la Tradición Apostólica. El depósito de la fe fue revelado por Jesús a los Apóstoles y confiado a la Iglesia. Esto es lo que la Iglesia debe de cuidar y conservar, lo demás puede cambiar. Lo que no se renueva tiende a morir, lo que no se actualiza caduca. La creatividad, la innovación, son parte importante en este caminar, no se trata de rejuvenecer sino de hacerlo actual, de que eso que es importante tenga algo que decir en el hoy. Que esas formas de trabajar se renueven y sean actuales para que den frutos nuevos. Lo actual no se contrapone con lo tradicional, siempre se puede hacer nuevo. Juan Pablo II nos invitaba a una nueva evangelización, nueva en sus expresiones, nuevas es sus métodos, nueva sus formas, pero siempre con el mismo objetivo presentar a Jesús, que vino al mundo para salvarnos. Este mensaje no se puede olvidar y pasar por alto. La Iglesia es actual y utiliza los medios actuales y formas actuales para llevar este mensaje de salvación a todos los hombres. Seamos pues creativos, innovadores, soñemos, proyectemos juntos para hacer de la Iglesia, del mundo, de nuestra ciudad, de nuestra parroquia lugares mejores más humanos, fraternales, es decir mundo, iglesia, ciudad, parroquias siempre nuevos, abiertos a la vida, al amor, al perdón, a la unidad, a la solidaridad.
Que el Señor sea su fuerza y su paz.
Pbro. Carlos Felipe Lozano Lara.

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