En estos días, ya para terminar el año leía: “Pasa a veces que en la guerra algunos soldados pierden el uso del oído porque sus tímpanos han quedado irremediablemente dañados por el estruendo continuo de los proyectiles y disparos. Eso puede sucedernos en el campo de nuestra fe: nos aturdimos por las malas noticias que nos llegan desde todas las pantallas y parlantes, y así quedamos finalmente sordos para los combates de la hora decisiva”. Y en cierto sentido nos puede pasar esto también a nosotros otra vez ha vuelto a nosotros una ola de violencia, cada día se recrudece con diferentes formas de violencia, vuelve a nosotros quizás el desanimo por no ver cambios en lo que respecta a esta área y ciertamente se ve un campo lo bastante desolador, pero lo peor que podemos hacer es hacernos sordos, celebramos un tiempo que lo llamamos de la esperanza un tiempo que nos recuerda que no la debemos de olvidar. También celebramos la navidad vamos leyendo como los que permanecen hasta el fin conseguirán la vida eterna, para nosotros estos mensajes de las sagradas escrituras son, no sólo un consuelo, sino un grito de que el mal no triunfa, ni perdura para siempre, me viene ala mente el libro de Daniel donde el rey Baltasar ofreció un banquete para su corte y sus concubinas, pero cometió un gran error, hizo traer los vasos sagrados del templo de Jerusalén, que su padre Nabucodonosor había robado, y comenzó a ver en ellos y a alabar a dioses paganos, lo sorprendente de este relato es que se le aparecen unos dedos que comenzaron a escribir sobre la pared, Daniel el profeta ante el miedo del rey lo manda a traer para que le interprete lo que escribió la mano, el desenlace de este relato es que Daniel le dice: Las palabras escritas son: ‘Contado, Pesado, Dividido’ y ésta es su interpretación. ‘Contado’: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha puesto límite. ‘Pesado’: Dios te ha pesado en la balanza y te falta peso. ‘Dividido’: Tu reino se ha dividido y se lo entregarán a los medos y a los persas”. Me imagino de alguna manera la cara que habrá puesto el rey, un rey que quiso ser como Dios, que con su forma de actuar dio a entender que nada lo podría detener, que todo podría hacer y conseguir, en pocas palabras no había limites para él. Este es el comportamiento que quizás algunos tenemos, pero vemos que si hay un límite: DIOS. Pero para los que vamos en este camino de fe, no es suficiente escuchar, sino lo importante es perseverar, en verdad hacerlo vida, creerlo y esperar activamente, no con los brazos cruzados, sino viviendo los valores que nos hacen ser hombres, como ya lo hemos dicho en otros mensajes, lo que nos hace ser distinto a los animales es nuestra capacidad de decidir y no vivir por instintos. El tiempo de adviento nos llevo de la mano, por los caminos de la esperanza como lo quiere Dios, la fiesta de la Virgen de Guadalupe, nos prende un foco que irradia esperanza, que aunque todo yace derrumbado, en cuanto a valores como el respeto a la vida, todo puede resurgir en un pueblo nuevo, en un pueblo más humano, en un pueblo de Dios. Vivamos con intensidad este tiempo de navidad, hagámoslo en familia, lo importante no fueron los regalos que pudimos dar en navidad, porque creo que el mejor regalo que nos podremos dar todos unos a otros es: La Paz, la vida, en un mundo en el que nos podamos ver como hermanos que se cuidan y respetan. Fomentemos esto en nuestros niños, jóvenes y adultos.
P.D. Les Recomiendo vean la Película: “El estudiante” es película de valores y por cierto es mexicana.
Que el Señor sea su fuerza y su paz
Pbro. Carlos Felipe Lozano Lara.
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