LA SOLUCIÓN


Ya hemos visto cuales fueron las influencias externas que afectaron en el caso del matrimonio que estuvimos analizando la semana pasada; claro que no son las únicas influencias que podemos encontrar en un matrimonio, puede haber muchas más. Ahora veamos cuales pueden ser las posibles soluciones que existen para contrarrestar estas influencias externas y que quizás pueden ser criterios para poder solucionar ciertos problemas que surgen en los matrimonios que se dejan influenciar.
Lo más importante en este caso es que el matrimonio se haya dado cuenta de su situación y haya auténtica esperanza y ganas de resolverla. En segundo lugar es interesante notar cómo sus respectivos comportamientos se han visto modificados como consecuencia de las influencias de los demás, estilos de vida de una clase social a la que en un principio no pertenecían. Los recuerdos de su vida anterior  les ayudan a verse con más realismo.
Por otra parte podemos pensar que es una pena que este matrimonio no gastara su tiempo y esfuerzo pensando en valores que querían vivir desde el principio.
Es fácil dejarse llevar por lo malo, pero conviene mencionar que también es fácil dejarse llevar por lo bueno sin profundizar en ello, sin adquirir criterios, y sin interiorizar los valores positivos.
En una situación de superficialidad es más fácil que las influencias externas tengan mayor efecto.
Conviene pensar en los valores propios, en aquellos que estamos viviendo sin darnos cuenta, para confirmarnos en algunos y para modificar otros.
El segundo problema planteado en el caso es ¿Qué se puede hacer para combatir estas influencias externas cuando  uno se da cuenta que no es lo que quiere?
1)     Hay que reflexionar, y mucho, aunque no sea agradable, para darse cuenta del grado en que hace falta un cambio. No se trata de cambios superficiales de comportamiento, sino cambios radicales de criterios. Esto cuesta esfuerzo y tiempo.
2)     De todas las formas posibles tomar algunas medidas que ayudan a cortar las influencias negativas como pueden ser buscar otros amigos y a veces, incluso, buscar otro trabajo. (Hay muchas personas que han cambiado de trabajo por el conjunto de antivalores  que se han  visto obligados a seguir: muchísimas  horas fuera del hogar, obligación de rendir más y mejor para “trepar”, e incluso zancadillear a los compañeros en la lucha por ganar la “guerra de ratas”, como llaman a estos los anglosajones).
3)     También se puede pensar en acciones concretas que ayudarán a vivir los valores  que auténticamente se quieren vivir. Es muy distinto haber interiorizado el valor “generosidad”, de tal manera que acciones congruentes con este valor salgan “espontáneamente” (virtud) y realizar una acción concreta porque se quiere vivir un valor determinado. Este tipo de acción “consciente” acostumbra a la persona a realizar actos buenos, pero necesitará tiempo para interiorizar el valor y le lleve a la virtud de la generosidad.
Hemos establecido, entonces, que se trata de ser valiente: Esforzarse con la cabeza en descubrir el bien y luego seguirlo, resistiendo las influencias nocivas.

Espero que estas recomendaciones, que no las escribo yo, sino que están en el libro antes mencionado, se pueden aplicar en cómo contrarrestar muchas de las influencias externas que tanto afectan a nuestros matrimonios. Claro que estas no son recetas, sino  recomendaciones, no es el arte de la magia que con algunos trucos, pudiéramos alcanzar resultados magníficos. Y una cosa muy importante, el matrimonio no debe olvidar: Que nadie ni nada es más importante que ellos mismos, como esposos.

Que el Señor sea su fuerza y su Paz
Pbro. Carlos Felipe Lozano Lara.

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