TIEMPO ORDINARIO


Volvemos a entrar en el tiempo  ordinario hemos terminado las fiestas navidad, esperamos que cada uno de ustedes haya tenido la oportunidad de pasar con sus familias, esos momentos cálidos.
Volvemos a este tiempo para ir celebrando lo cotidiano de la vida, es como un reposar el tiempo fuerte, y volver a la normalidad. Es retomar  nuestro diario vivir, pero desde la perspectiva espiritual, desde la perspectiva del tiempo litúrgico, es decir de celebración, de ofrecimiento. No porque sea un tiempo ordinario es menos importante, claro que no, la vida diaria esta hecha de acontecimientos que van haciendo de la vida lo más importante, son esos momentos que nos van forjando como personas. Cada uno de esos momentos los podremos ofrecer domingo tras domingo, le ofreceremos al Señor lo vivido durante la semana.
Vamos a retomar nuestro trabajo, nuestros proyectos, vamos a retomar la familia, en lo que nos desenvolvemos a diario, es momento de trabajar por hacer un mundo mejor cada día, con cotidiano de cada día.
El año nuevo tiene sus horizontes abiertos para que experimentemos cosas nuevas. No podemos dejar pasar cada uno de esos momentos. La vida es para vivirse con intensidad y con sueños hacia el futuro. El niño quiere ser joven, el joven adulto, el adulto quiere reposar descansar de sus trabajos. Todos esos anhelos son realizados con el tiempo y a través del tiempo. No dejemos de soñar. No dejemos de decir te quiero, de decir gracias, por favor, te necesito, eres importante no sólo a las personas que queremos sino a alguien más, que no deja de ser importante para nosotros: Dios.
Cada domingo  tenemos la oportunidad de celebrar y ofrecer  lo acontecido, además de decirle lo importante que es, de recibir de Él el impulso para continuar en nuestra travesía diaria, de impulsar nuestra fe.
El año litúrgico es un tiempo de gracia, celebraremos los acontecimientos  más importantes de la vida de Jesús, escucharemos su palabra que alimenta nuestro espíritu, nos alimentaremos de su cuerpo y de su sangre que da vida, Él es la fuente de la vida
Hace unos días escuche en un programa de televisión, lo decía un artista, que los mexicanos vivíamos en una constante crisis, que eso nos mantenía en una constate lucha, que en cambio los que están viviendo en la opulencia sin sobresaltos no hay nada nuevo, que incluso cuando viene la crisis los sorprende, no se sabe cómo afrontarla, la derrota es contundente y desesperante, sofocante. No es que nos conformemos en vivir en crisis pero si es que nos demos cuenta que nos lleva a redoblar esfuerzos, redoblar nuestra fe, nuestros anhelos, nuestros sueños.
No podemos desconectarnos de la realidad que vivimos, pero no podemos vivir sin esperanza,  como lo dijimos en la navidad es tiempo de hacer nuevas todas las cosas, es el Kairos de Dios, es decir, el tiempo justo de Dios, lo estamos comenzando a vivir. No dejemos que pase.
Que el Señor sea su fuerza y su paz.
Pbro. Carlos Felipe Lozano Lara.

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